Llegada sin saber... [Dia 1 - Mañana]

Al fin.


El final del túnel Dangai estaba cerca, ya podía ver la luz al fondo del pasillo.

Un par de mariposas negras nos seguían… a mí y al teniente.

-Aparta, voy a abrir la puerta. Dijo desenvainando su zampakutoh.

Asentí obediente y me hice a un lado mientras Renji clavaba la espada en el punto de luz y la giraba como si apretase un pomo de puerta.

El Senkaimon abrió ante nosotros sus puertas y nos recibió la luz del sol, brillante y embriagarte.
Descendimos hasta posarnos sobre una azotea para luego bajar hasta el suelo. No vimos indicios de hollows cerca y los teléfonos tampoco avisaban de ningún posible plus vagabundo.

Renji se adelantó a mi con un par de pasos mientras envainaba, mirando la calle con ojo crítico.

¿Dónde estábamos?, esa fue la pregunta que se nos cruzó a ambos por la cabeza. Ni el capitán Kuchiki nos había dicho el lugar de destino para las misiones, supongo que tocaría esperar.

-¿Qué hacemos teniente? Pregunté acercándome con cautela.

-De momento esperar a que nos envíen la primera misión… lástima que no se detecten hollows, no me vendría mal un poco de pelea.

Resoplé ante el comentario. Siempre pensando en lo mismo…

-¿Deberíamos recoger los gigais del almacén indicado? Pregunté de nuevo.

Él me miró dandose la vuelta, pensativo.

-No… nos costaría desprendernos de él sin las Gikongan, mejor esperamos a que nos lleguen los materiales.
-De acuerdo.

Así que permaneceríamos con nuestra forma de shinigami… bueno, al menos así la gente no nos molestaría.

Caminaba por en medio de la multitud como si fuera un fantasma. No es que mis pasos no se oyeran por culpa del ruído que producía el tumulto, es que aunque fuera la última persona que quedara en la faz de la Tierra, mis pasos seguirían sin emitir ningún sonido.

Únicamente caminaba esquivando los empellones de los funcionarios y gente con prisa. Llevaba un suéter fino negro de manga larga y con cuello y unos vaqueros, mientras a mi alrededor vestían ropa formal, no tan formal, túnicas de Shinigami... Túnicas de Shinigami?

Mientras caminábamos por entre la multitud de humanos, me percaté de que uno, parado entre ellos, nos miraba fijamente. Detuve mi paso y le miré también, buscando la cadena de su pecho.

Pero al no ver ninguna me alarmé.

-Renji. Llamé turbada.

El pelirrojo se volvió hacia mí y me preguntó que ocurría.

-Ese humano… nos está viendo. Dije suavemente.

-Querrás decir que es un plus, habrás que hacer el funeral del alma.
Le cogí del brazo y le detuve.

-No, mira su pecho, no hay cadena.

Ambos volvimos a mirarlo. Ciertamente no la tenía y me escamaba…

Pero fue entonces cuando nos dimos cuenta…

-¿Notas su reiatsu? Me preguntó el teniente.

-Sí…

-Vamos.

Nos acercamos a él y a la vez que lo hacíamos pude fijarme bien en su aspecto.

Pelirrojo… pelo largo… casi me derretí allí mismo.

¿Por qué sería que me atraía ese tipo de hombres?

Nos plantamos ante él, parecía confundido.

-Hola- saludé yo con suavidad.

-¿Puedes vernos? Espetó Renji.

Tan “encantador” como siempre…

Sí... es más, aquél era Renji Abarai. Había caído una vez aquí en mis viajes Universales y lo conocí a él y a toda su panda de Shinigamis. Pero claro... como siempre, no me podía recordar... Nadie lo hacía, y eso siempre me entristecía bastante.
Pero sonreí y le puse un dedo en la frente:

-Renji Abarai, teniente de la 6ª División, si no me equivoco.

Era bastante probable que lo hubieran cambiado de División, pero aún así me arriesgué. Ladeé un poco la cabeza y me encontré con una chica vestida del mismo estilo.

-A tí si que no te conozco...

Ahogué una risita. Aquel tío le estaba tratando como si fuese su coleguita pero había confundido a Renji y eso de por sí ya era divertido.

Renji asintió después de que el chico mentase su cargo con lo que tanto él como yo nos quedamos algo sorprendidos.

Luego se dirigió a mi. Y eso, si que me puso de mala leche.

-Akihabara Arisa, tercera oficial al mando de la sexta división. Hice especial mención a mi cargo…

No me conocía, ¿por qué a Renji sí?

Vi que i seguía confuso así que le di un codazo.

-Si vamos a hablar será mejor que nos quitemos de en medio, ¿no te preocupa que los humanos te vean hablando solo? Pregunté con acritud.

Psss... Y qué iban a hacer al respecto? Llamar a los loqueros?

-No, en verdad me da exactamente igual-Encogí los hombros-No voy vestido con un kimono negro y portando espadas. Lo que piensen de mí no va a cambiar el destino del mundo.

Ichigo sigue siendo Shinigami? Me gustaría preguntar. Pero si había una oficial que no conociera, seguramente habría pasado mucho tiempo desde entonces.

-Qué tal por la Sociedad?-Pregunté en tono despreocupado

Metía la pata, como siempre. Renji me dedicó una mirada no muy amable.

-Recuerda que la gran mayoría de humanos no puede vernos…-dije relajando la expresión.- así que da igual nuestro aspecto…
Intenté calmarme… de verdad que lo intenté. Me mordí la lengua y me crucé de brazos.

Puede que fuese guapo pero…

-¿Qué tal por la Sociedad?-

Enarqué los ojos y miré a mi teniente, esperando ver alguna señal de que se le estaba agotando la paciencia como a mí.

Pero no la encontré. Increíblemente, Renji estaba de lo más tranquilo, observando al extraño chico que podía vernos como si intentara averiguar si de verdad le conocía o no.

-Me resultas familiar- dijo Abarai.

Luego asintió y esbozó una sonrisa.

-Bueno, estamos atravesando una época bastante tranquila comparada con el desastre de Aizen…
Abrí la boca para protestar pero Renji apoyó una mano sobre mi hombro haciendo que me detuviera.

-Sin embargo hay algo que está dando problemas al Gotei 13 y por eso estamos aquí… para averiguarlo…

¿Cómo? ¿Así que sabía que estábamos haciendo allí y se lo estaba contando al primero que pasaba?

Increíble, me quite su mano de encima de un empellón.

-Entonces, ¿Cómo conoces la Sociedad de almas? Pregunté con una pizca de curiosidad para interrumpir la charla de mi superior y cambiar de tema.

-Oh, bueno, ya sabes... Pues igual que Ichigo, supongo. Casualidad.

Observé a la chica de arriba a abajo. Las nubes pasaban, el sol empezó a rozar las más altas montañas.

-Puedo preguntar cuánto tiempo llevas de oficial?-Dije sonriendo. Me estiré el cuello del suéer hacia arriba, tapando el mío.

Ichigo…

Si, aquel ryoka… había oído hablar de él… el que ayudó a descubrir el complot de Aizen… el que rescató a Rukia de la muerte…

Casualidad… bueno, no iba a indagar más, podría molestarse y para nada me apetecía ponerme a pelear ahí en medio.

Me preguntó que cuanto llevaba de oficial…

Buff… ¿Se creía que llevaba la cuenta?

Miré a Renji de reojo pero este se encogió de hombros.

-Bueno…-alcé la vista, pensativa.

Llevaba en la división desde incluso antes de que Byakuya fuese capitán pero por aquel entonces era un shinigami raso.

-Digamos que… unos quince años si te refieres a mi grado actual- parpadeé varias veces por la molestia de la luz de sol y regresé mi mirada hacia el chico.- Si te refieres a cuanto tiempo llevo de oficial en total creo que son unos… cuarenta… sí, cuarenta años.

No sonreí pero recordar todas esas cosas me embragaron de calidez.

-¿A que se debe el interés? Pregunté.

-Arisa- Renji me dio un aviso.

-¿Qué? Solo es una pregunta. Protesté.

Miré con cara sorprendida.

-En serio? Ah... sí, claro.

Me había olvidado de que los Shinigamis son jóvenes durante muchos años... Ella y Renji... Parecía que se tomaban su trabajo demasiado en serio. Y la chica parecía que no me tragaba. Por ahora...

-Como podréis suponer, no soy una persona corriente-Por "persona" podía que ellos entendieran "humano". Sin embargo, no era así-No os preocupéis, ya sé casi todo sobre vosotros y vuestro trabajo. Pero para ti, Renji, no soy más que un mero recuerdo transparente.

¿Recuerdo Transparente? ¿Lo sabe casi todo sobre los shinigamis? ¿Quién era aquel tipo?

Todas esas preguntas revoloteaban por mi mente dispuestas a realizarlas, pero la expresión de mi teniente me hizo dudar. Mantenía al mirada de ese humano, aunque yo ya no estaba segura de que lo fuese de verdad, como si tratara todavía de recordar algo, enterrado y profundo en su memoria.

-Algún día…- dijo Renji sin inmutarse, cosa extraña.

Inmediatamente después desapareció de nuestra vista.

Había utilizado el shunpo.

-¡Oye! Grité en vano.

Genial, ahora me había quedado sola con este tipo.

-Joder, será idiota…-mascullé pasándome la mano por la cara.

Me volví hacia el chico.

-Ahora que me doy cuenta, llevamos aquí ni se sabe hablando y no se tu nombre, ¿Cómo te llamas? Inquirí. – y ya de paso ¿Cómo sabes tanto? ¿Qué eres?


No lo hice con mala intención pero me carcomía la curiosidad de una manera alarmante y ya que Renji se había ido tenia vía libre.

-Si te lo digo, Renji se enfadará-Comenté de forma inocente-Setsubun. Me llamo Setsubun. Ya lo dije, fue casualidad. Igual que la casualidad de encontrarte aquí junto a Renji. En cuanto a lo que soy, permíteme quitar la vela del escenario... No soy ni humano, ni demonio, ni Shinigami, ni vampiro...

La gran mayoría de la gente se había esfumado, el ruído prácticamente se había disipado. El atardecer hizo su aparición, cambiando el color de las nubes a un naranja claro.

-También es casi seguro que te conozca, y tú a mí. Pero simplemente, ese fragmento desapareció de mi memoria. No es la primera vez que pasa. Pensarás que soy "un tío raro". Bueno, todos dicen lo mismo hasta que me quito la máscara y me conocen de verdad. Sabes liberar el Bankai?

Setsubun, curioso nombre, no me sonaba…

En cuanto a lo que era… me había enumerado lo que NO era pero ¿entonces qué? Me quedé estática. Tenía algunos conocimientos sobre otras clases de “vivos” que poblaban el plano de los humanos pero nunca me había topado con alguien que hablase de ello tan abiertamente.


La tarde empezaba a hacerse ver y el sol anaranjado lanzaba destellos sobre nosotros. No me había dado cuenta hasta ahora del rato que habíamos estado hablando.


¿Recordarle? Había tratado con un sinfín de almas y un sinfín de hollows pero nada que se pareciese a Setsubun… y mira que mi memoria a veces podía ser buena, pero nada.

-Bueno… ahora sí que lo pienso- dije refiriéndome a lo de “tio raro”- pero no es algo que me preocupe, estoy algo acostumbrada

Meneé la cabeza y fue entonces cuando me hizo la pregunta que me descolocó por completo.

-¿sabes liberar el bankai?

Casi estuve a punto de cortarle la cabeza pero matar “entes” que no fueran hollows iba en contra de las normas de la SS.

-Bueno- sonreí con satisfacción- desde hace un par de años más o menos… aunque todavía me es algo inestable.

Hablaban de años como si fueran meses...

-Te incomoda el hecho de que simplemente esté aquí? Qué hay que hacer para inspirar confianza a los jóvenes de hoy en día?-Dije con un gesto triste, medio en broma-Vas a un instituto normal o sólo trabajas en la Sociedad?-Pregunté. El hecho de llegar a éste mundo implica adaptarme... Creo que me lo voy a pasar muuuuy bien.

Esas preguntas…

Vi su semblante triste…

El viento agitó nuestros cabellos, ondeando contra los reflejos de luz naranja. Es mas, su pelo era tan… parecido al de Renji, me incitaba a tocárselo aunque sabía que no podía…

-No me incomoda que estés aquí mientras no te conviertas en hollow y tenga que destruirte- aunque si no era humano igual ni tenía alma- sobre lo del instituto… Renji me comentó sus andanzas por Karakura durante los ataques de los arrancar… supongo que tendremos que adaptarnos también a eso durante un tiempo…


Medité un momento, el reiatsu de Renji era tan tenue que dentro de poco no podría seguirlo.

-No sé que hemos venido a hacer aquí exactamente, tendría que hablar seriamente con él…- suspiré- en todo caso, si decidiéramos tomar ese camino ¿sabrías de algún lugar como esos?

-Hum, bueno, después de que Ichigo volviera de la Sociedad de Almas, desaparecí. Así que la nueva jerga no la conozco-Indiqué.

Moví los dedos, como si palpara el aire.

-Sí, si que sé... -Contesté.

Y ahora que recordaba, tenía que regresar a casa. Aún no me había instalado del todo...

Buff, supuse que tendríamos que infiltrarnos entre los humanos pero a saber por donde andaba Renji ahora.

-Vale, escuhca... ¿quedamos mañana en algun otro sitio y me explicas? Tengo que ver si hay problemas por aqui y si Renji se ha largado enrabietado poco hará...
Sacudí la cabeza.

-Tendrás cosas que hacer, iremos a ese instituto o como se llame y ya desde allí nos reorganizaremos ¿te parece?-

-No sé, supongo que sabréis lo que hacéis... a la Sociedad de Almas no le gustan las reglas rotas. Así que intentad no llamar la atención.

Bueno, si la entretenía más, no sabía dónde estaría Renji. Por qué se iría?

-Venga, lo vas a perder. Hasta luego-Me despedí con la mano y eché a andar por las ya vacías calles. Me volví un momento-Alguna otra pregunta?

Echó a andar pero se volvió hacia mi.

-No- contesté tranquilamente- tu pelo es muy interesante, nada más.Desaparecí gracias al shunpo en busca de alguna señal.

Si la SS me había enviado allí junto a Renji algo grave debía estar pasando.

Iba a preguntar qué había dicho, cuando desapareció. Me di la vuelta y me alejé por las calles, pasando por la playa, viendo el último resto de atardecer del día.

-Un extraño día...-Dije para mí mismo